lunes, 11 de mayo de 2009











La leyenda de la piedra de Huixtla
* En esta ciudad de Chiapas, hay muchos mitos sobre su principal icono, que no ha sido aprovechado por los Gobiernos para crear una zona turística en ese lugarHéctor NarváezHuixtla, Chiapas. Octubre 22.- Nuestro pasado, no podría quedar sin leyendas. Sobre todo la que rodea a la milenaria piedra de Huixtla, que es reconocida a nivel internacional por los mitos que se han creado.Y a pesar de esto, los Gobiernos han desatendido la demanda que se ha vuelto añeja de crear una zona turística en la parte alta de este municipio, para los paseantes, más los extranjeros.En este primer mes al que llegamos sobre las remembranzas de nuestra historia, realizamos una pausa especial para citar sobre las leyendas que hay de esta ciudad y más aún a las que se relacionan con la majestuosa piedra, enclavada en lo más alto del cerro de Huixtla.Así, Emigdio de Aquino y Gilberto Amores Salinas no se equivocaron al dedicar la canción “Huixtla es un vergel”, porque particularmente de sus fragancias mil y de mujeres sin igual, estamos rodeado por rincones bellos que nos dotó la naturaleza y que no han sido aprovechados por las autoridades.La piedra, conforme a Soconusco.com --que se ha dedicado a fomentar las historias y las riquezas de los municipios de nuestra región--, es una enorme roca situada en lo alto de una montaña de silueta suave, visible perfectamente a varios kilómetros de distancia.Alcanza aproximadamente los 120 metros de altura y es única, pues por los alrededores no existen piedras de semejantes dimensiones. En torno a ella se han tejido infinidad de leyendas que intentan explicar su origen, como la siguiente, que es una de ellas:"Era una gran campana que se convirtió en piedra. 20 hombres la traían a cuestas desde Guatemala, pero después de un mes de viaje se sintieron cansados y al llegar a esta montaña decidieron descansar dejándola sobre 3 piedras. Al escuchar a un gallo cantar, un burro rebuznar, un caballo relinchar y una campana repicar, debían levantarla de nuevo para continuar el viaje.Los hombres estaban tan cansados que no escucharon la señal y cuando quisieron levantarla no pudieron, se convirtió en piedra y quedó mirando al este. Los pueblos y fincas tuvieron entonces cosechas en gran cantidad: Cacao, frutas, arroz, fríjol, maíz, etc.En agradecimiento se ofrecía a la piedra, después de cada cosecha, aguardiente, puros, flores, sangre de animales, entre otras cosas”.Otra leyenda, según la página que se ha dedicado a la historia de los pueblos de El Soconusco, que "durante la fundación de Huixtlán (Huixtla), un sacerdote brujo mayor de Guatemala obsequia una gran campana para el templo de la nueva población. Se encomienda a otro sacerdote de brujo llevarla y entregarla.Esta campana poseía un maleficio que indicaba que durante su traslado no debía tocar tierra. Caminó entonces el sacerdote con la enorme campana a cuestas por las montañas. Después de caminar durante algún tiempo, cansado y sediento, se encontró con una anciana que le ofrecía agua para beber. El sacerdote no resistió la tentación, tomó el agua y decidió descansar para continuar su viaje a la mañana siguiente.Al despertar descubrió que la pesada campana se había transformado en piedra, cumpliéndose así el maleficio".Se cuenta también, conforme a los investigadores de Soconusco.com, que "la campana había sido retirada de un templo en Huixtla y se había ordenado su traslado a Tuxtla con órdenes de no posarla sobre la tierra, pues un encanto que pesaba sobre ella indicaba que nunca debía ser sacada de Huixtla.Al llegar al sitio en donde se encuentra actualmente los hombres que la trasladaba se detuvieron a descansar y a beber un poco de pozol que les ofrecieron. Más tarde al intentar continuar con su viaje ya no pudieron levantarla pues se había convertido en una enorme y pesada roca, y así no pudieron quitarle a Huixtla su campana."Y como se tratan de leyendas, no hay un dato preciso para dar crédito de que se trata de realidad o parte de la creación de nuestro pueblo. El que podría ser mas aceptado de todos es el que dejó plasmado el entonces cronista de la ciudad, el señor José María Soto Paz.“Existe la que atribuyen a la piedra de Huixtla y a Juan No, personaje imaginario, tan popular entre la gente de nuestro pueblo. Nos dice haber existido en tiempos remotos imprecisos un huerto de varados árboles frutales a los alrededores de la piedra, cuya vigilancia estaba al cuidado de Juan No, quien se encargaba de velar porque los visitantes pudieran comer las frutas que deseasen dentro del huerto encantado, lo que así sucedió por la curiosidad de un visitante que las transportó para cerciorarse de la veracidad del encantamiento”, cita en el folleto que dejó el persona de nuestro historia.Pero, cita que hay otra, que se refiere a que las tierras de Huixtla eran encantadas antes de su fundación y seres encantados enviaron de lejanos puntos una enorme campana para su servicio que debería conducirse a espaldas de Juan No, con la condición de no descansar en ninguna parte de largo camino, por correr el riesgo de transformarse en simple piedra y terminar al mismo tiempo el encantamiento del pueblo.Juan No, según Don Soto Paz, recorrió la mayor parte del trayecto con la carga, pero al llegar al filo de la serranía no descansó hasta el pueblo en donde colocó la campana que se convirtió en la que es ahora la majestuosa piedra de Huixtla.Pero, para Soconusco.com, se cuenta también que la piedra no ha estado siempre en la misma posición: "Hace mucho tiempo ocurrió una "culebrina de agua". Llovió en forma intensa y sin cesar durante 8 días y 8 noches. Durante el octavo día de la tormenta, se escuchó un trueno muy fuerte que provenía de la piedra, y al noveno día en que al fin aclaró, todos se dieron cuenta que la posición de la piedra había cambiado” y que por eso ahora miraba hacia el mar.En la actualidad, algunas personas que habitan en las cercanías de la piedra aseguran escuchar a un gallo cantar, un burro rebuznar, un caballo relinchar y... una campana repicar.Conforme a Manuel de Jesús García Guillen --el historiador que nos ha apoyado en este primer mes de remembranza--, también existe la leyenda de 2 personajes debido al ingenio de los huixtlecos, a quienes se les atribuye conversaciones y frases chistosas, así como dichos y dicharachos que son No Quile y Na Mede.El entonces cronista de la ciudad, en su folleto que dejó como precedente, narra que estos protagonistas han venido figurando en boca de mucha gente, como la leyenda de la malora --mas conocida como “La Llorona-- que supuestamente recorre las calles de Huixtla.Rubelin Pérez Roblero, Director de Huixtlaweb.com, hizo una crónica sobre esta leyenda, en la cual cambió los nombres de los protagonistas.Cita que Mateo era jornalero que trabajaba en el Rancho “La Lucha” en la parte Norte de Huixtla, por el rumbo de la Colonia Piedra Canoa. Se dedicaba a limpiar cacaotales y cafetales de esa región y a cosechar cuando era la temporada. “En la parte oriente del rancho se encuentra un arroyo de escasa agua donde todos los trabajadores se bañan después de sus jornadas. A un costado del arroyo pasa una franja montañosa con enormes rocas. Cuenta el propietario de “La Lucha” que hace algunos años, no muchos por cierto, Mateo, después de laborar se dispuso a bañarse en el arroyo. Acostado sobre una de las piedras cruzado de pies y manos aprovechando su posición, Mateo se rascaba el pie izquierdo con el talón del pie derecho. De pronto, clavo su mirada en una de las tantas cavidades que formaban las enormes rocas.Ahí estaba, parada, altiva, era bella, no corría viento pero su largo vestido blanco y su cabello parecía mecerse onduladamente, tenía una linda sonrisa y una mirada de coquetería.- Ven, que esta haciendo ahí, le llamo Mateo.Le hermosa mujer solo le sonrió para después alejarse. A los pocos metros ella se detuvo y le llamó. Mateo sintió un escalofrío que le recorría en todo el cuerpo, pero la belleza de la mujer de blanco le atraía por lo que decidió seguirla.Cuando estaba apunto de alcanzarla, se alejaba y así cuando llegaba al lugar donde le llamaba, no estaba. Poco a poco Mateo se fue perdiendo entre las cuevas montañosas. ¿Que pasó allá dentro, entre las enormes rocas, entre los enormes árboles? Solo las piedras y los viejos árboles de enormes ramas fueron mudos testigos.Tres días no se supo de Mateo, hasta el cuarto día fue encontrado bien bañado con las mismas ropas. Descansaba en una piedra del arroyo arriba.Don Vladimir, otro de los trabajadores le preguntó… - ¿Que pasó? ¿Donde andabas?- Es que vi una chamaca muy chula en las cuevas. La seguí, pero nunca la alcance. –respondió.- Vestía un vestido blanco muy largo, que no se enredaba en las rocas ni en las raíces, continuó.Mateo cayó en un estado de tristeza o de melancolía. Nadie entendía lo que le pasaba. Siguió unos días más trabajando. Un domingo le dijo a Don Pancho, como le decían a su patrón: -Me voy al rancho de Don Luís a trabajar.Mateo que era conocido en la región como trabajador del campo, fue recibido por Don Luís. A diferencia del rancho de Don Pancho, este tenía una parte dedicada a la cría de ganado.- Mira, quiero que me deshijes (quitar los tallos tiernos de la planta) las matas de cacao y lo cajetees (limpiar la tierra en forma de círculo alrededor del tallo de cada planta), le dijo el nuevo patrón.Todas las tardes, Mateo descansaba en el potrero sobre una de las piedras. Pero el siguiente domingo de manera extraña, empezó a prender fuego al potrero en forma de círculo. Una pequeña parte del terreno fue consumida por la llamas, y el cuerpo de Mateo fue encontrado calcinado, que se había reducido al tamaño de un niño pequeño. Nunca se conoció que pasó por la mente de Mateo después de aquel encuentro con la malora o mujer de blanco.Lo que Mateo nunca supo es que, para deshacerse de este ser se utiliza un cinturón, faja o machete preparado con su propio orín y que al atraparla, al instante se convierta en un montón de hojas secas. Para que se vaya o desaparezca sólo basta con morder con los dientes un metal”, según el investigador de esta leyenda.Estos son los mitos que vuelven a Huixtla y que por eso se ha convertido en una ciudad llena de historia y misterios que han acaparado todos los escenarios nacionales e internacionales, pero que no ha sido aprovechado por los gobiernos para mejorar las condiciones de vida de la población.En el aire han quedado las intenciones y la demanda por años de que se construya una carretera que lleve a la milenaria piedra y así mismo se construya una zona turística. Y pareciera que la naturaleza se enfureció y con las lluvias del año pasado con Stan dejó esta parte aislada de la civilización y de las autoridades.

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